8 consejos para calmar a tu hijo cuando vas al dentista

Llevar a los niños al dentista tranquilamente puede parecer o haber parecido ya un sueño imposible para muchas madres y padres.

El miedo al dentista es muy común, sobre todo entre los más pequeños y, cuando se apodera de ellos, complica el tratamiento dental del niño.

Pero no hay que desanimarse. Es muy normal que un niño tenga miedo de algo que desconoce.

En cambio, veamos cómo preparar y tranquilizar a los pequeños pacientes para que la experiencia infantil en el dentista sea serena y no traumática.

He aquí ocho consejos de Clínica dental Urbina que serán útiles:

Empecemos

Primera visita del bebé al dentista: empezar lo antes posible
El primero de los consejos para que la visita del niño al dentista sea una experiencia positiva es no esperar a que aparezcan molestias o problemas de dentición. Puedes confiar a tu pequeño el consejo y la supervisión de un experto en odontología infantil ya desde los primeros años de edad.

De este modo, la primera visita del niño al dentista no estará asociada a molestias o incomodidades y será más fácil de afrontar y recordar con serenidad.

A partir del tercer y cuarto año, dado el desarrollo de los dientes de leche y la transición a la dentición mixta, recomendamos programar visitas periódicas. Tanto para vigilar el correcto desarrollo de las arcadas y detectar precozmente posibles anomalías (como maloclusiones dentales o hábitos bucales malogrados), como para acostumbrar a los pequeños a las citas de salud bucodental.

Evitar alarmar al niño antes de la visita al dentista

Los niños suelen llegar al dentista con la idea de que puede ocurrirles algo malo. Por eso, la forma equivocada de preparar a los niños para una visita al dentista es “advertirles para que se porten bien”. El pequeño puede pensar fácilmente que encontrará en el dentista un entorno hostil o peligroso y, por tanto, puede agitarse.

Premiar al pequeño paciente

Un truco eficaz para calmar a los niños en el dentista es asociar la visita con algo agradable y positivo. Puede ser un simple helado o un paseo al parque infantil antes o después de la revisión, no hace falta mucho. Por la misma razón, los dentistas suelen proporcionar pompas de jabón o piruletas (¡sin azúcar!) para dar a los niños después de la visita. También puede ser muy útil elogiar la cooperación del niño, incluso por acciones sencillas como abrir la boca o quedarse quieto. Recuerde que los niños no son adultos en miniatura y que sus sentimientos pueden amplificarse. A menudo se necesita muy poco para calmarlos.

Recompensar al pequeño paciente

Un truco eficaz para calmar a los niños en el dentista es asociar la visita con algo agradable y positivo. Puede ser un simple helado o un paseo al parque infantil antes o después de la revisión, no hace falta mucho. Por la misma razón, los dentistas suelen proporcionar pompas de jabón o piruletas (¡sin azúcar!) para dar a los niños después de la visita.

También puede ser muy útil elogiar la cooperación del niño, incluso por acciones sencillas como abrir la boca o quedarse quieto. Recuerde que los niños no son adultos en miniatura y que sus sentimientos pueden amplificarse. A menudo se necesita muy poco para calmarlos.

Confíe en un especialista en odontología infantil

Para que la experiencia de los niños en el dentista sea más serena, es importante prestar atención a la elección del dentista. Hay muchas clínicas especializadas en odontología infantil, que ofrecen un entorno y un enfoque adaptados a los niños. Si confías en la experiencia de un dentista infantil, podrás encontrar un entorno más sereno y colorido, y un equipo médico de especialistas, formado también por pedagogos.

Eliminar las palabras y asociaciones negativas

A menudo, el miedo al dentista en los niños es el resultado de una forma equivocada de hablarles del especialista y de la visita.

De hecho, un niño que tiene que someterse a una revisión dental puede asustarse ante la mera mención de palabras negativas. Es mejor sustituir las palabras que podrían alterarle, por ejemplo, en lugar de decir anestesia podríamos decir poción mágica: ¡no se trata en absoluto de llevar al niño al dentista con falsos pretextos, sino de dulcificar el encuentro y hacerlo lúdico!

No crear alarmismo ni expectativas

Informar al niño de la visita al dentista con muchos días de antelación a menudo puede ser contraproducente y despertar ansiedad. Mejor evitarlo. Informa al niño con uno o dos días de antelación, hablando de la cita en un tono lúdico. Céntrate más en el después: como sugeríamos unos puntos más arriba, puede ser una buena idea llevarle al parque o prometerle algo agradable.

No espere demasiado: intervenga pronto

Otro consejo importante para ayudar a los niños a desenvolverse mejor en el sillón del dentista es intervenir pronto cuando haya molestias o algún tipo de problema.

Nunca espere a que aumenten las molestias, por ejemplo debidas a una caries dental o a un traumatismo en los dientes de leche. Esto no sólo te ayudará a mantener sana la sonrisa de tu hijo desde el principio, sino que evitará intervenciones más masivas (y probablemente molestas) que podrían desencadenar el miedo al dentista en el pequeño.

No transmitas tus ansiedades a tu hijo

Los niños también construyen sus sentimientos a partir de los que les transmiten los adultos que les rodean. A menudo, el miedo al dentista no es innato, sino que lo transmiten papá y mamá de forma involuntaria.

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